Se apagaron las luces.
Llega el momento de guardar los adornos de Navidad hasta el próximo diciembre.
Mientras guardo todas las cosas con sumo cuidado, pienso que añoraré los días de vacaciones, las imágenes de paisajes nevados, los montones de buenos deseos, las risas de turrón y polvorones, a mis sobrinos... que no los puedo achuchar con mucha frecuencia...
Y no es que quiera que la Navidad dure todo los días del año, no vaya a ser que me ocurra como a la protagonista de un cuento, cuyo nombre y autor no recuerdo...
Pero voy a tener en cuenta este poema de Gloria Fuertes que me hace pensar y reflexionar cada vez que lo leo, y que voy a tratar de poner en práctica todos los días del año:
Gloria al
Crío
Nace pobre y
es el amo.
¡Gloria al
Crío!
Nace pobre y
es muy rico.
¡Gloria al
Crío!
Es rubio
como sus trigos.
¡Gloria al
Crío!
Dice que
quieras a tu vecino.
¡Gloria al
Crío!
Y que ames
al enemigo.
¡Gloria al
Crío!
-“¡Amaros,
amaros!”
Si
hiciéramos lo que dijo
el Niño que
es de Dios Hijo,
tan solo, en
un segundo,
no más
guerras en el mundo.
-“¡Amaros,
amaros!”.
Se evitará
el cataclismo:
“Ama al
prójimo como a ti
mismo”
¡Gloria al Crío!
Gloria Fuertes
Sí, Maite.
ResponderEliminarEs así. Es un poema maravilloso.
Un beso grande no, ¡grandísimo!
Y otro para Gloria Fuertes.
Gracias, Rosa. Sí, es un poema bonito.
ResponderEliminarOtro grandísimo beso para ti.
BESOS