Una de las cosas que más me agrada del verano es que la naturaleza me regale un rato de lluvia.
No me importa interrumpir un café, un té o una conversación si quien me acompaña se viene conmigo a bailar bajo la lluvia.
Como buena pluviófila que soy, adoro el sonido de la lluvia caer entre las verdes hojas de los árboles, observar las pequeñas gotas que resbalan en los pétalos de las flores y oler el aroma tan característico a tierra mojada.
Por cierto, ese olor se llama "geosmina", lo he aprendido en el blog de María.
¡Vale! Ya sé que la lluvia no es del todo grata para todos; dicen, que después de la tormenta viene la calma...
"Al fin cayó una gota y despertó
de la tierra agostada y polvorienta
algo más que ese olor indescriptible
y dulce de la lluvia. "
La tormenta de Andrés Trapiello(fragmento)
¡Os deseo unos felices ratos de lluvia!