lunes, 31 de diciembre de 2018


Queridos amigos;  A pocas horas de despedir el año viejo, no quiero dejar de agradecerle todas las cosas buenas que me ha ofrecido, no han sido pocas,  entre ellas , la oportunidad de asomarme a este mundo en el que he podido conocer a muchos vosotros. GRACIAS.
Y demos la BIENVENIDA  al nuevo año.  Os deseo todo lo mejor, y comparto el poema que he leído hoy; me ha parecido precioso, es muy largo pero hermoso... 

¡FELIZ AÑO!




Si fueras una ola, serías mi juego favorito.
Si me quisieras siempre, serías la plenitud.
Si fueras una manera de hablar, serías el diálogo.
Si lloraras inquieta, te buscaría y no te encontraría.
Si fueras una puesta de sol, serías la más bella de todas.
Si fueras un árbol, serías un cedro.
Si ostentases colores, serías blanca y roja.
Si fueras la nieve, pasarías más allá.


Si fueras una sustancia, serías el bálsamo.
Si fueras sustituida, serías la madera de una columna.
Si yo fuera un barco, te llevaría delante mismo de la proa.
Si no fueras una muchacha, serías una rosa silvestre.
Si fueras una estrella invisible, serías el mutuo amor.
Si me rodeases suavemente y te disolvieses, serías el rocío de la
noche que moja los árboles.
Si desfallecieras, serías un escudo roto.
Si fueras una flor, nunca te apagarías.
Si relampaguearas, serías talmente una piedra engastada del color
del flujo del mar.
Si te viese en cualquier lugar, te señalaría a ti.
Si fueras indiferente, serías el crepúsculo.
Si me mirases distraídamente, serías mi esperanza.
Tu presencia me parece la forma más placentera de la armonía
misma.



Si la música se llenara de ti, brotaría un acorde grave y lastimero.
Si fueras un trébol, serías la llave de la aurora.
Si fueses la suavidad, serías el peso del agua.
Si fueras la tristeza, serías los días y el tiempo.
Si fueras un deseo, serías pasión desplomada.
Si fueras la luna, serías un ala.
Si fueras un reloj, serías un círculo profundo.
Si fueras el espacio, serías su mitad y su centro.
Si no fueras una estrella favorable, serías una roca que defiende
un territorio.



Si te escondieras de mí para siempre, serías la noche circundante.
Si fueras un camino, serías la orilla del mar.
Si fueras un jardín, serías un astro de flores.
Si fueras un paisaje, serías un bosque que respira.
Si fueras un anillo, serías eternamente irrompible.
Si fueras sombra densa, serías un camino entre los astros diáfanos.
Si fueras una tarde, serías un día.
Si fueras un año, serías un siglo.
Si fueras un ruido, serías el ruido de unos pasos que resuenan
oídos en secreto.
Si fueras un pedestal, serías una isla azulada.
Si el mundo fuese roto en pedazos, serías su silencio.
Si inclinaras más la frente, el corazón tintinearía claro.
Si suspiras, el tiempo que pasa se vuelve dulce.
Si te encaramas por el cielo, en la meditación te encuentro.
Si fueras una bolita, serías una sola gota de agua.



Vives en el sentido de la llama, no en el de la ceniza.
Si fueras un número, serías una cantidad inacabable.
Si mudaras de forma, serías una montaña oscura y agradable.
Si fueras el viento terral, dormirías sobre una cola de colores.
Si te conociera la lluvia, caería en el lugar que tú indicaras.
Si intentaras salvar a alguien, lo llenarías de espigas.
Si fueras una pared, te escudarían los árboles.
Si cayera la luz, serías la copa de cada día.
Cubrirías la juventud, si fueras la madrugada.
Si pasara el otoño, tú serías la primavera inminente.
Si fueras un color, serías la alegría del sol en un bancal de hierba.



Si fueras una voz, tendrías el color de un perfume.
Si fueras un perfume, tendrías la voz del color que te llevara.
Si fueras un cristal, apagarías los suspiros.
Si fueras un desierto, ondearías sin ningún límite.
Si eres una palabra, serías amarse
Si fueras un ídolo yo prepararía tu adoración en los santuarios.
Si fueras tibia claridad, te rodearías de rebaños.
Si fueras una gota de sangre, iluminarías.
Si el mundo de vida fuera todo soledad y caos, ya estarías destinada a
manifestarte.



Si el mundo fuera una brumosa caverna, en ti convergerían infinitudes.
Tu eres el más bello reflejo de la Imagen primordial
Que allende los tiempos se multiplica inexpresable.
Joan Brossa
Traducción de Alfonso Alegre y Victoria Padilla




viernes, 28 de diciembre de 2018

Viernes En Sintonía


Quinto viernes sintonizando con nuestra amiga Ester.


Aroma de Navidad: canela, almendra, harina... 
un poco de calor, y mucho cariño;
de postre: polvorones.




Mis polvorones caseros obtuvieron ayer el tercer premio en el IV concurso de postres manchegos que organiza el ayuntamiento de mi pueblo.


Me lo pasé en grande, fue una tarde entrañable y me regalaron una cesta de Navidad.


Os iré visitando poco a poco. 

domingo, 23 de diciembre de 2018

La magia de...


... de la Navidad está muy cerca.


"Con tan poca cosa y todos estábamos satisfechos. Todo el mundo estaba feliz... Y el caso es que todos los regalos estaban reciclados.


No hay nada más cierto que es mayor bendición dar que recibir."

Cartas de una pionera  (Elinore Pruitt Stewart)




Con mis mejores deseos para una entrañable Nochebuena y una Feliz Navidad.




viernes, 21 de diciembre de 2018

Viernes En Sintonía


Como corren las semanas, ya estamos en el cuarto viernes sintonizando con nuestra querida amiga Ester


Mi pueblo era uno de los candidatos de Ferrero Rocher para envolverlo de luz...
Al final, no pudo ser. 


Brillando  con luz propia
enciendes mi corazón
de Navidad.


Y vuelvo a casa...

Las fotos no son mías...

miércoles, 19 de diciembre de 2018

INVIERNO



"Todos los colores de los bosques en invierno son extremadamente delicados y escurridizos. Cuando la breve tarde se desvanece y el sol roza las cimas de las colinas, parece desplegarse sobre los bosques una abundancia, no de color, sino del espíritu del color...


Solo cuando el sol se está poniendo se produce un fugaz instante de color auténtico. Entonces el carmesí se derrama sobre la nieve y enrojece las colinas y los ríos, golpeando con provocación las cimas de los pinos. Unos pocos minutos de transformación y eclosión...  y desapace."

El castillo azul. Lucy Maud Montgomery


¡Feliz solsticio de invierno!

viernes, 14 de diciembre de 2018

ViernesEnSintonia


Tercer viernes:  Cómo pasa el tiempo, da un poco de vértigo. Aquí os dejo el
blog de nuestra Ester: AUTODIDACTA.





Sobreviviendo a las inclemencias 
de la vida
miras con alegría.


¡No me digáis que el pinzón (creo que es un pinzón comun) posa mal para la foto!!!



La foto la hice en los alrededores del parador de Cazorla un día muy desapacible y lluvioso del mes marzo de 2016.

jueves, 13 de diciembre de 2018

HOY


Hoy el día ha amanecido envuelto en una fría bruma. 


El gris se ha asomado a la ventana. El otoño se va quedando desnudo.


Nada que no pueda solucionar  la calidez del hogar y una exquisita taza de chocolate.


Cede la niebla al transitarla.
Se acostumbran los ojos a cuanto ya no alcanzan
y esperan la alegría de un leve resplandor,
un asomo que acaricie la búsqueda
y sustente la firmeza precisa,
tantos años alojada en el ánimo.

Diosina García 

viernes, 7 de diciembre de 2018

Viernes En Sintonia


Hoy es viernes, y no puedo faltar a la cita de nuestra querida Ester.

Segundo viernes


La naturaleza me invita a descansar del mundanal ruido.



Embalse La Aceña, Pequerinos, Ávila. No es el mar, pero me basta para admirar  la belleza de la naturaleza.

jueves, 6 de diciembre de 2018

MI PRIMER ÁRBOL...


Aún mantengo la costumbre de escribir tarjetas de Navidad para felicitar a familiares y amigos. Reconozco que es una tradición que va a menos.

Entrar en una papelería y escoger, una a una, cada postal pensando en la persona a la que va dirigida. Escribir unas letras, cerrar el sobre y culminar el  ritual en un buzón de correos.
  

¡Qué  inmensa alegría de recibir una carta! 


Para colocar las posibles cartas de navidad, he colocado este árbol-tarjetero que cosí hace unos años. Mi primer árbol.

Carta
Aunque es mayo marca diciembre frío
el calendario de mi alma.
Te escribo sin poner señas,
(sin más señas)
a tu apartamento que presiento.
Es hermoso esto de quererse sin conocerse,
así el primer día ya nos querremos mucho.
Como tú, deseo el encuentro.
Hasta el amor que viene, vida mía.

Gloria Fuertes






domingo, 2 de diciembre de 2018

ESTOS DÍAS...




No, no me he olvidado de coser, de dar puntadas; el dedal encaja perfectamente en mi dedo, los hilos están perfectamente ordenados por colores... Por fin he sacado unos ratos para sacar del rincón del olvido a mi querida máquina de coser.



 Ya no tengo que preocuparme de los vestidos de los niños en los festivales del colegio. Esa fue la excusa principal para regalarme la máquina de coser.
Ahora  preparo otras labores. 


Patrones cortados, telas y cintas elegidas. Todo está dispuesto, sólo faltan manos a la obra.



¿Corté el hilo
 o simplemente lo solté?
¡Se sueltan tantas cosas!
Y ¡hace tanto tiempo! El aire
se entumeció. ¿O fue la mano?
Quedó en suspenso,creo, suspendida.
No sé si lo recuerdo. ¡Inventamos
tantas cosas!

Chantal Maillard (Hilos)



¡Feliz semana, feliz diciembre!

sábado, 1 de diciembre de 2018

Viernes en sintonía



Faltan unos minutos para que acabe el viernes, no sé si llegaré a tiempo a la propuesta de Ester 



Unas gotitas que perfuman
 de lluvia
el aroma de la rosa.

Fotografia tomada en el jardín, tras  una tormenta en el verano


miércoles, 28 de noviembre de 2018

HOJAS



Desde mi ventana puedo contemplar una hilera de siete árboles. Siempre me fijo en ellos, me anuncian los cambios de estación. Hoy,  me he dado cuenta de que cada uno va a su ritmo.  El árbol más grande y frondoso aún conserva casi todas sus hojas otoñadas; el más pequeño se resiste al cambio porque conserva el verdor en la parte más baja de su copa, mientras por lo alto asoman las nudosas ramas.



Mi árbol preferido, y su compañero, situado justo en frente de mi ventana apenas le quedan unas pocas hojas, sujetas por una tímida levedad. Me mira, cuántas veces nos hemos mirado, y al saludarme con su rama más próxima, deja caer un penúltimo par de hojas amarillas que caen al suelo lentamente, con suavidad, desnudándose para despedirse hasta la próxima primavera.

     

Mi árbol preferido, y su compañero, saben que les voy a arropar con mi mirada, desde mi ventana.
  





Como una hoja de noviembre caprichosa
cuando al caer va revoltosa sepultando
la rúbrica fugaz del último amarillo
hasta perderse entre los restos del otoño:
desprenderse en silencio una mañana,
ir dando tumbos y posar
el cuerpo en algún otro
cuerpo,
entre los brazos firmes del abrazo anónimo,
y juntos ver pasar los pasos de la vida.

Daniel Fernández Rodríguez (Las cosas en su sitio)