sábado, 13 de junio de 2020

Hoy tengo tiempo



Hoy tengo tiempo de asomarme un rato por esta ventana. Durantes estos días, he abierto la puerta y he salido a la calle y me he atrevido a ir un poco más allá de casa.  


Durante estos meses que hemos estado encerrados o confinados, he sido de las que he hecho el pan en casa. Tranquilos, que no os voy a mostrar fotos de ninguno de ellos.


Harina, agua, sal y levadura. Pan con masa madre, con harina de fuerza, candeal, con harina normal... levadura fresca, levadura seca, sin levadura. Hacer pan es todo un arte. 


Mientras amasaba el pan, pensaba en la posible falta de algún ingrediente, ingredientes básicos para un alimento esencial. ¡Qué nos nos falte nunca y que podamos compartir con los que no tienen!

  
Hoy tengo tiempo de amasar
con las manos algo doloridas

mi propio pan y un poco más
por si te acercas a la casa.


Hoy sacaré un rato para subir a la fuente
y a lo mejor bajar al río chico
a mirar las berrañas.
Limpiaré el barro de mis botas,
también con mis manos doloridas,
antes de subir las escaleras
de la casa de Salvia
que ha decidido marcharse en paz,
no quiero manchar lo que dejó limpio.
Hoy tengo que sacar un rato
para cantar un mantra dulce
a la puesta de sol, como hice a su salida,
y unos minutos de oración
mientras te acaricio el cuerpo cansado.


Hoy contaré las veces que doy gracias
por los besos que dejaste
ordenados en la alacena
y añadiré alguno para que no nos falten.
Otro día que no podré acudir a
las jornadas de poesía de la capital.


Begoña Abad


martes, 2 de junio de 2020

SOBRE LA CÓMODA


Aún no es hora de hacer balance sobre esta época que he pasado mirando la ventana. Tengo la sensación de que el tiempo se ha derretido y esfumado, aunque no he dedicado demasiadas horas a mis aficiones, sí que he hecho otras muchas cosas:


Los armarios han quedado perfectamente limpios y ordenados; la ropa de invierno limpia y doblada.  



También he tenido tiempo de poner orden en la alacena, y he decidido reponer algún que otro recipiente cuando llegue el momento.  Y he intentado redecorar la casa cambiado de lugar algunas cosas... 



Los retratos están sobre la cómoda.
Desde el cristal sin brillo, aparecían
los rostros empañados por el tiempo.

Quiero que regresemos a la casa,
para buscar en los estantes
tempestades de júbilo encendido,
rumores y palabras en el eco.

Pasaron sin sentir aquellas décadas;
he olvidado tu rostro de muchacho,
y me llegas ahora lejanía
arrastrada por viento forastero.


Volveremos allí cuando tú quieras,
aquello es sementera de nostalgias
con la pregunta anclada y permanente:
si fuimos el ayer, hoy olvidado,
o ese mudo decir intransferible,
estampado sobre la cartulina.

Dionisia García (Retratos sobre la cómoda)