miércoles, 29 de abril de 2020

INCERTIDUMBRES





DIARIO DE UN CONFINAMIENTO

Día 1    23-3-2020
Lunes: Ha sido una mañana intensa de trabajo. El turno que comienza hoy va a ser muy duro, y aún tengo que continuar esta tarde… no me apetece. Pero, de qué me quejo, tengo trabajo y ahí fuera hay quien se está peleando por salvar vidas exponiendo la suya propia, y quienes salen de casa para que a mí no me falte de nada. No, no he de quejarme. Ahora mismo me siento delante del ordenador y a trabajar, pero antes me procuro una taza de té verde y una deliciosa onza de chocolate negro.  La tarde será larga.

Día 2       Cualquier día por la mañana, cualquier mes, cualquier año desde que no vivo con mis padres, pero ahora más.
Puntualmente, a las nueve de la mañana, la llamada que realizo a mis padres. Están preocupados, lo percibo. Creo que han entendido perfectamente lo que hay que hacer. No sé si decirles que el virus ha llegado hasta allí, y que hay algunos amigos suyos que se han contagiado en el Centro de Día. No, hoy no les digo, están animados. Ya se lo diré otro día.


Día 3    2-4-2020
He decido apagar la radio, y la televisión; hasta el periódico. No soy capaz de gestionar las noticas ni las emociones que me producen…  Necesito poner música, una canción que me libere de esta angustia que me tiene aprisionada. Encuentro mi CD, y la busco: Smile, sí, de  con Madeleine Peyroux, dejo que la melodía me envuelva y me arrope en estos  días grises de abril, inundados de una enorme tristeza:

 That's the time you must keep on trying
Smile, what's the use of crying
Youll find that life is still worthwhile
If you just smile





Día 4   Cada tarde a las 20:00
Llega el momento del respiro del día, salgo al balcón, aplaudo con fuerza, como si quisiera que las palmadas de mis manos llegaran al hospital, y  se convirtieran en una caricia para quien está solo, tan enfermo; una mano que limpie el sudor de la enfermera, del doctor, de la limpiadora, una mano que consuele a quien no ha podido despedirse de su ser querido. Una mano… Y miro a mis vecinos, y sus miradas me dicen que sus fuertes palmadas también tienen alas para convertirse en caricias, tan necesarias(y tan prohibidas), ahora. Son las miradas cómplices de las ocho de la tarde.   

Día 5   17-4-2020
Hoy es el cumpleaños de mi hijo, ha sido un bonito día, nos hemos visto con la familia, con los amigos. Ha sido un día especial. ¡Qué haríamos sin la tecnología que nos permite estar tan cerca de quienes estamos lejos! Recuerdo el año pasado, una preciosa fiesta de cumpleaños. Pequeños y mayores compartimos un día maravilloso. Tenemos suerte que los hijos de la pandilla hayan hecho pandilla. Esto si que es un regalo. 

Día 6   23-4-2020
Día del libro. Pensé que tendría mucho tiempo para leer, incluso me había propuesto volver a leer ese libro que dejó huella; pero lo cierto es que apenas he leído. Me ha costado mucho concentrarme, es curioso.  Mi mayor y querida afición, y no la he podido disfrutar como había pensado. Poco a poco voy recuperando el hábito de lectura. Reconforta y me anima tener cerca un libro.




Día 7   28-4-2020
Unos días antes del confinamiento compré pinceles, barnices y alguna pintura, materiales varios por si me atrevía a realizar técnicas que había visto en algunos blogs de manualidades. Me encantan las manualidades, y no, no sé pintar, ni mucho menos, pero hay unos trabajos  preciosos y tenía ganas de aprender. A día de hoy, no he empezado.  Pero nunca es tarde. Creo que aún puedo empezar.


Con este relato, participo en la propuesta de Ginebra "INCERTIDUMBRES"  Y si queréis leer más  participaciones, pinchad AQUÍ.


jueves, 23 de abril de 2020

De como he viajado en tiempos de confinamiento. Cap. IV



Sin equipaje, sin billete de ida y vuelta, sin reservas en ningún hotel, he conseguido salir de casa... y además, he viajado a través del tiempo, y lo que es más importante, no me he saltado el confinamiento. 


Me he paseado por el solitario Madrid del siglo XVIII; un recital de sabores y aromas en las cocinas de Castamar, y también un cúmulo de intrigas, venganzas, secretos...


He pasado un par de noches en el gélido invierno de una de las ciudades más bonitas de Europa: Viena. 


Y ahora estoy en el desierto.
Todo ello, gracias a la magia de la lectura de un buen libro. 

  

¡Quisiera que mi libro
fuese como es el cielo por la noche,
todo verdad presente, sin historia!
Que, como él, se diera en cada instante,
todo, con todas sus estrellas; sin
que niñez, juventud, vejez quitaran
ni pusieran encanto a su hermosura inmensa.
¡Temblor, relumbre, música
presentes y totales!

¡Temblor, relumbre, música en la frente
-cielo del corazón- del libro puro!

Juan Ramón Jiménez. Piedra y cielo, 1919.



¡Feliz y maravilloso día del LIBRO!

Todas las imágenes son de internet

miércoles, 22 de abril de 2020

Donde habita el corazón de un libro. Cap.III


Como habéis podido comprobar, esta semana le estoy dedicando un humilde homenaje a mi leal  compañero de vida: el libro, más bien, a la lectura. Porque lo más importante del libro, es leerlo. 


"... es, sin lugar a dudas, el libro más hermoso que poseo.Parece tan nuevo y tan flamante como si nadie lo hubiera hojeado nunca, pero alguien lo ha leído: se abre espontáneamente por sus pasajes más bellos, y el fantasma de su anterior propietario me señala párrafos que jamás he leído antes."

Helene Hanff, 84, Charing Cross Road 




"¿Qué es un buen libro? Un buen libro debe ser simple, debe haber un corazón latiendo en su interior"

Christopher Morley, La librería ambulante


He terminado de leer un par de libros que tenía en casa y que no pude devolver a la biblioteca, ahora debo elegir otra lectura... no sé si releer o comenzar con algún libro aparcado en la estantería.  ¿Qué lectura tienes entre manos?


martes, 21 de abril de 2020

De cómo un instante se puede convertir en el mejor momento del día. Cap II


Lo cierto es que solo he disfrutado dos maravillosas tardes de mi rincón de lectura: un confortable sillón, un buen libro y una deliciosa taza de té verde con menta, de vez en cuando lo acompaño con un trozo de chocolate negro, a pesar de las semanas que llevamos confinados en casa.


Por fin, me reencontrado con la narrativa, y he conseguido terminar con la lectura de un par de libros que tenía pendiente desde hace muchooooo tiempo y estoy contenta.


 Hay días en que uno necesita desesperadamente el Arte. Aspira con ardor a recuperar su ilusión espiritual, desea con pasión que algo le salve de los destinos biológicos para que no se excluya de este mundo toda poesía y toda belleza. Entonces, uno toma una taza de té, y con un libro, una música, una película, trata de imprimir a este patético teatro la marca del Arte y sus más grandes obras.

Muriel Barbery. La elegancia del erizo 

lunes, 20 de abril de 2020

Del "Día del Libro y de lo que suele acontecer durante esta semana. Cap.I"


Al comenzar la semana en la que se celebra el "día del libro", me hubiera dedicado a visitar  las tres librerías más cercanas a casa. Me gusta regalar libros a la familia, y me dejo atrapar por el libro, meditando tranquilamente qué libro será para cada uno.


Ese rato silencioso entre libros, maravillada por el colorido de las portadas,  cautivada por esa esencia única que desprenden las novedosas páginas, y entregada al susurro continuo de la contraportada, es mi momento preferido.


 Este año tenía pensado regalarme un libro de poemas de Joan Margarit. Nuestro poeta debía recibir el Premio Miguel de Cervantes este próximo  jueves, el acto queda "postergado sine die hasta que las circunstancias lo permitan". 


Sí, lo sé, lo puedo comprar por internet, pero prefiero esperar. Quiero disfrutar de mi momento librería en cuanto las circunstancias lo permitan.


  Ha apoyado la frente en el cristal
frío, empañado, con trasluz de invierno.
Escribe el nombre de ella y, a través
de las líneas que traza con el dedo,
la ha visto en un paraje solitario
con el mar y las rocas en la noche.
Al fondo, las estrellas: de pronto, las gaviotas
alzan el vuelo como un resplandor
al paso de un falucho. Se ha engañado:
detrás de la ventana hay una calle
que el alba hace más triste, sin un alma,
con coches aparcados.
Tras las líneas comienza a amanecer:
el sol naciente borrará ese nombre
en la escarcha rosada del cristal.

Joan Margarit (Caligrafía)


martes, 14 de abril de 2020

Café del martes


Hoy creo que es martes, hace ya unos días que he perdido la noción del tiempo...
Y como cada martes, al llegar la hora adecuada, es el momento de compartir un café con mi amiga. Sí, la única ocasión que soy infiel al té.


Desde hace años, el martes es nuestra tarde, nuestro rato compartido frente a dos tazas de café.  
Justo fue martes, mi último día normal en la calle, antes del confinamiento  y justo el día antes de nuestra auto impuesta cuarentena. Lo recuerdo perfectamente.


Hoy me he tomado un café virtual con mi amiga. Ha sido maravilloso...


"Hay lugares de la ciudad que uno descubre por sí mismo en sus caminatas solitarias y otros que le son revelados como un regalo generoso de la amistad o el amor. Se puede regalar lo que uno más ama, cierta perspectiva al fondo de una calle, un parque pequeño junto a un puente, un café, un club de música, hasta un instante de la luz. Ese regalo intangible enriquece a quien lo ha hecho y se vuelve un tesoro enaltecido por el agradecimiento para el que lo recibe, en un recuerdo y también en la posibilidad de otro regalo. En el lugar estará siempre quien nos lo descubrió y el momento de nuestra vida en el que gracias a su mediación lo conocimos. 
Antonio Muñoz Molina (Ventanas de Manhattan)


Y ahora, voy a tomar el té, con una incondicional del té de los martes, con  TRACY


sábado, 11 de abril de 2020

HABRÁ LILAS



Mi calle es más bien corta, y bastante ancha.  En la parte derecha hay un pequeño jardín: varios almendros, unos cuantos rosales y un par de lilos.  Estos últimos días, al levantarme y abrir la ventana, además del canto primaveral y alegre de los pajarillos, me llega una suave brisa, acompañada de un inefable aroma a lilas. Imagino que ya han brotado sus aromáticas y apreciadas flores, mi vista no las alcanza.


Esta mañana he salido a la calle un momento, y he podido ver que el lilo está rebosante de lilas, tan cerca y no he podido pararme a percibir su olorosa fragancia. 


Abril está siendo un mes lluvioso, haciendo honor a su refrán más conocido, supongo que la naturaleza nos ayuda  a sobrellevar este confinamiento. Hoy me he cruzado en la acera con unos cuantos caracoles. Tampoco me  he parado a saludarles como se merecen. Hacía tiempo que no me encontraba con estos simpáticos animalitos. La primavera sigue su curso.   



Tiemblo
al pensar que, algún día,
ya no veré las lilas de los huertos
y no oleré la tierra
en caricia que esponja
ni cruzaré palabras
en mañanas de sol o niebla,
hermosas e incitantes.


He visto a mis amigos;
he sentido deseos de besarlos,
de poseer su aliento,
porque más tarde no habrá besos de ahora.



No me gusta creer
que las lilas perderán su existencia
tras los velos de la noche.
Han de existir,
porque también ignoro
si, en alguna parte o cerca,
hay presencias
que no palpo
y fueron siempre.


Dionisia García

jueves, 9 de abril de 2020

Día de la Fraternidad


Permitidme que de nuevo hable de mi pueblo. 
Villanueva de los Infantes pertenece a la comarca histórica y natural del Campo de Montiel.



Mi pueblo, como todos los pueblos de la zona, van reduciendo su población, y las gentes que quedan se van haciendo  mayores. Allí no hay hospital,  sólo un centro de salud.  El hospital, un pequeño hospital para toda la comarca está a 20 km de distancia. Está en Valdepeñas. 
El hospital de Valdepeñas no ha sido ajeno  a la situación de los hospitales españoles enfrentándose al virus con escasez de equipos de protección, de respiradores,  intentando atender a un elevado número de pacientes... ¡qué os voy a contar!    



Y los sanitarios del hospital agradecen toda la ayuda que han tenido con este vídeo. 

Cuando no hay gracias suficientes para agradecer a todos nuestros sanitarios la labor que están haciendo.




ROMANCE DE JUEVES SANTO (Plaza de la Trinidad)

Plaza de la Trinidad,
Roma de todas las calles,
en tus ventanas azules
quiero poner estandartes.

Un sanedrín de cipreses
y una legión de rosales
han coronado de espinas
todas las culpas al aire.

Samaritana la fuente,
y nazarena la tarde,
se cristianizan las piedras
y se redimen las cales.

Plaza de la Trinidad,
dímelo tú que lo sabes:
¿Quién ha besado a Jesús
sólo por treinta metales?

Cuando la noche del mundo
cierra las puertas con llave,
cantan y cantan los gallos
de los vecinos corrales.

Rafael Simarro Fernández de Sevilla

¡Feliz Jueves Santo!


martes, 7 de abril de 2020

FRENTE AL TIEMPO

Imagen: Luis Riaza 


Si no fuera por las circunstancias que tenemos, hoy, como casi todos los martes de la semana santa, estaría disfrutando de unos días de vacaciones en mi querido y añorado pueblo. 



Con esta pandemia global que está sufriendo el planeta, pensé, más bien, deseé que mi pequeño lugar quedara al margen de este virus.


  Pero no, mi rincón también está confinado y resguardado porque es necesario cuidar y proteger a los más vulnerables de esta pandemia, nuestros mayores. 


Aunque no estemos allí, mi pueblo habita en mi corazón; con paciencia y quietud espero volver pronto.



"ANTES de que sucedan ya se han ido
las cosas que se hacían esperar.
Sólo el sueño consigue anticiparlas
y que en ti permanezcan. Suéñalas.

Eloy Sánchez Rosillo (Antes del nombre)

PD: Todas las fotos de mi pueblo son de la red

miércoles, 1 de abril de 2020

LA VENTANA


Parece que el invierno ha regresado, incluso ha nevado esta noche.
Marzo se despide con su traje invernal.


El tiempo nos invita a quedarnos en casa y contemplar la lluvia tras los cristales. Es agradable ver la lluvia caer. 


En las tardes de marzo, cuando nada
queda ya en mi ciudad que recuerde el invierno
y una dulce  pereza invade el ánimo
dispuesto a la indolencia,
es hermoso mirar por la ventana
mientras se oye una música,
ver las horas pasar, ver cómo el tiempo
fluye y va declinando poco a poco
la luz crepuscular. Ningún cuidado
nos turba el corazón y nos ocupan
pensamientos amables, acaso vagamente
melancólicos.


Llegan
las sombras a las calles y a la estancia
en la ue, en paz, a solas, nos sentimos
tal vez casi dichosos. En el cielo
se apaga el sol, y luego,, muy despacio,
la noche va encendiendo las estrellas.

La ventana (Eloy Sánchez Rosillo)


¡Bienvenido abril!