lunes, 24 de junio de 2024

De paseo por...

 


...  el Parque del Retiro. Este mes de junio he visitado el parque dos veces, bueno, en realidad, he ido dos veces a la Feria del Libro. Hacía dos años que no iba por allí. El primer día fui muy bien acompañada, mi hijo pequeño me pidió que le acompañara. Lo pasamos genial, si hubiera sido por él, nos hubiéramos traído cualquier caseta enterita a casa.

  

Es un gran lector y su escritor preferido es Julio Cortazar. Estos son los dos libros que se trajo a casa.


Y estos son los que compré para mí: "La vida en miniatura" es una recomendación del blog de María "Junto a una taza de té" .  

El segundo día fui a ver a mis compañeras de la Orden Literaria Francisco de Quevedo que firmaban en sendas casetas promocionando sus nuevos libros:


"La voz de los libros" de Maribel Riaza. Un ensayo sobre la historia de la lectura, la lectura en voz alta como acto social. Me parece un libro muy interesante con anécdotas muy curiosas según pude comprobar el dia de la presentación del libro.

"El ruido del silencio", una novela de Eloísa Pardo Castro. Gran poeta y de espíritu inquieto, siempre viajando de un lado a otro difundiendo poesía.


   También me traje a casa este libro. No tengo remedio, espero que este incipiente verano me de la oportunidad de leer todos estos libros.


Cuando tengas un instante libre

léeme un poema largo,
cuando puedas llamarme
concédeme tres deseos,
baila conmingo una canción
antigua
y señálame el cielo alguna noche.
No te demores,
luego me envuelven
extrañezas. 

Ya te dije,
perdí la esperanza
y no desandaré caminos
para buscarla
entre olvidos.
Cuando tengas un minuto 
libre,
piénsame.

Eloísa Pardo Castro


¡Feliz día de San Juan! 

miércoles, 19 de junio de 2024

Un poco de rosa

 


Hace un momento leía que un poco de color rosa suave es bueno para el alma. Siempre he asociado la serenidad y la calma al color azul, precisamente mi color favorito. 


Hoy me he propuesto darle espacio a un poco de rosa suave en mi día, y me tomaré el té en una taza de color rosa.


 Incluso, compraré una rosa de color rosa suave para adornar mi pequeño rincón de lectura si es que soy capaz de tener un instante para ello.


 Hay que mantener la calma en medio del caos y de las prisas, creo que el color rosa me va ayudar. 


Ya tengo preparado mi atuendo para el día de hoy, el color rosa suave me parece  un tono muy sutil y delicado a la par que elegante. Quizás la frase tenga razón y el rosa sea el color del alma...



"La lluvia seguía cayendo, pero la oscuridad se había alejado en el oeste, y había una oleada de color rosa y oro de nubes espumosas sobre el mar.

Ninguna cantidad de fuego o frescura puede ser mayor que aquello que un hombre es capaz de atesorar en su insondable corazón." 

F. Scott Fitzgerald   






sábado, 1 de junio de 2024

Reflexiones poco importantes sobre el tiempo

 




Este mes de mayo, Ginebra nos propone tratar un tema trascendental que puede ser estudiado desde diversos puntos de vista: el tiempo.

Además, para facilitar la inspiración, nos presenta unas imágenes de Tom Bagshaw.


  

“El tiempo es como el viento, no se puede ver ni tocar, pero se puede sentir.”
Las horas, Michael Cunningham
 
Verdaderamente, ¿qué es el tiempo?, me pregunto, ¿qué son unas cuántas horas durante un día en la vida de una persona?
 
Alguien muy cercano a mí, me comentó hace unos días que el tiempo es para un físico lo mismo que el amor, la muerte, o la vida es para un poeta.
 
La profundidad del tiempo escarba en los sentimientos que se piensan en un momento, quedando distantes en el fugaz y raudo pasado y escalan a lo más alto de un instante hacia el futuro o a lo que, quizás, conocemos como eternidad.
 
Pienso que la dimensión del tiempo tiene forma de pirámide, y aunque intente descubrir o entender algo más sobre la fugacidad de la vida, no llegaré a ninguna conclusión. Porque es asombroso el sentido subjetivo del transcurso del tiempo, y todo sucede entre tantos tiempos como seres humanos habitan el mundo y todo ello “Hasta el final de los tiempos”.
 
Como un pensamiento métricamente repetido, siempre es “tiempo de esperanza”, “tiempo de sanar”, “tiempo de amar”, “tiempo de silencio”, me cuestiono si algún día gozaremos de “un tiempo de paz y de memoria”.
 
Mientras tanto, mi imaginación vuela y sueña con un viaje en “la máquina del tiempo”, pasado, presente y futuro… pero ¿para qué perderme en otras épocas? Aprovechar y valorar cada experiencia vivida, cada oportunidad única, que no tenga nunca que ir “en busca del tiempo perdido”. Haber vivido es lo que importa, y haber amado, como “el amor en los tiempos del cólera”.
 
Disfrutar de “el tiempo de las cerezas”, tratando de olvidar los “malos tiempos”, y recordar siempre que “el tiempo que nos une” permanecerá bordado en lo más profundo de los corazones. De momento, yo sigo con mi “tiempo entre costuras”.
 
 
• Entrecomillados, los títulos de algunas obras literarias.
 

(Texto perteneciente a la propuesta de Variétés: “Tómate tu tiempo”)


Gracias, querida Ginebra, por el tema propuesto y por tu inefable labor.



viernes, 17 de mayo de 2024

Qué son cien años...


 Qué son apenas cien años. Una centuria, un siglo, toda una eternidad o quizás, sólo sea un rato en la inmensa subjetividad de la percepción del tiempo.

Hace casi un mes, Telefónica celebró su centenario, cien años de historia... y en estos días de mayo, mi memoria rescata los recuerdos entrañables de mis comienzos laborales en esta empresa.


Durante treinta y cuatro años he formado parte de la plantilla de Telefónica y justo hace ahora treinta y seis años  deje mi pueblo para aventurarme en una nueva etapa de mi vida. Un suspiro entre dos siglos.


En aquella época comenzaban a disolverse los estereotipos de género en la empresa, por lo común, los hombres formaban parte del sector técnico y las mujeres se formaban como telefonistas.   Mi primera incursión laboral durante dos años fue como mecánico de centrales telefónicas. En el curso previo, fui la única chica entre una veintena de compañeros. Y también lo fui cuando  me destinaron a una de las centrales más antiguas de telefonía: una rotary 7A.


  Siempre me he definido como analógica ante todo el frenesí tecnológico que he vivido, experimentado, estudiado, pero claro, lo que son los cimientos nunca se olvidan. Tengo muy buenos recuerdos y un sinfín de anécdotas que atesoré entre relés selectores, máquinas conmutadoras, ejes verticales y horizontales... 


Recuerdo cuando se estropeo la fila de bastidores que daba servicio a un hospital, tuvimos que hacer girar o rotar (de ahí el nombre) manualmente las máquinas para que el hospital no quedara incomunicado... ¡Qué tiempos! 

Al cabo de un par de años, desmantelaron la central para instalar una AXE, tecnología de vanguardia por entonces, nunca imaginé la transformación tecnológica constante que estaba por venir. Y que ya experimenté desde el área comercial... pero esto, ya,  es casi otra vida.




COMIENZOS

Era el siglo pasado, en primavera,
cuando el viaje fue un hecho y plantaron el árbol.
Jubilosos y errantes, esperaban
el enraizar el tronco, su osadía
en la mística fiesta de los brotes.

Al fin las tiernas hojas encendieron 
y poblaron con prisa y hermosura
el elocuente cuerpo de la vida.

Fue tan alto el ropaje y su abundancia,
que, doblegado, el tronco ya no pudo.
Le hicieron doloridas incisiones,
humillaron la flor de su corteza
y a la tierra escarbaban entre afanes.

Tras unos días largos en lo oscuro,
la savia con denuedo se encrestaba,
y enderezose el árbol, orgulloso,
mostrando su pasado entre las hojas:
la verdad de unos rostros y sus nombres.

Dionisia García


Fotografías: Archivo histórico de Fundación Telefónica

martes, 23 de abril de 2024

A la memoria de un libro




 He aprovechado un rato esta mañana para visitar la librería del barrio, había poca gente a primera hora. La verdad es que el tiempo ha volado, o he sido yo la que ha sobrevolado alrededor de las mesas  llenas de novedades literarias


y revoloteado entre los libros delicadamente colocados en las estanterías que cubren las paredes de la coqueta librería.


Necesitaría varias vidas para leer tantos y tantos libros que me han llamado la atención...


y otras tantas para terminar de leer los libros que tengo en casa. No puedo remediarlo y he salido de la librería con tres libros para regalar y otro que me he regalado yo.


¡Me he pasado la tarde leyendo poesía de Sara Búho!

Escribo este libro
por todas las veces
que creí haber aprendido algo,
por los tropiezos
que borran la verdad
una y otra vez;
y por la verdad renovada
que se instala firme
dispuesta a romperse de nuevo
en el corazón.

Sara Búho (Perdón a la lluvia)


¡Felices Lecturas!