UN VASO DE AGUA
Qué suceso increíble:
llené un vaso de agua y lo alcé hasta mi boca.
Era ya media tarde. Me había detenido
cerca de una ventana, aquí, en mi casa,
en este día tan claro de febrero.
Llegó el vaso a mis labios
y en ese mismo instante lo atravesó de pronto
un haz muy apretado y muy intenso
de luz del sol poniente.
Cuántos asombros. Todo rompió a arder
con lumbre limpia y mágica:
el agua y el cristal, el cuarto entero,
mis ojos y mis manos y mi vida.
Sin dar ni un solo paso estuve en todas partes.
No sé cómo decir lo que ocurrió,
cómo expresar que sucedieron siglos
de redención y bienaventuranza.
Oro licuado y tembloroso el mundo,
astilla viva yo de un súbito diamante.
Eloy Sánchez Rosillo
«Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades»
Antonio López
PD: Todas las imágenes son obras pictóricas de María Moreno, pintora, del grupo de los realistas de Madrid, fallecida recientemente. Un pequeño y humilde homenaje a una gran mujer.