lunes, 22 de marzo de 2021

Noche de la poesía...

 In memoriam



EN LA BELLEZA CREADA POR OTROS

Sólo en la belleza creada
por otros hay consuelo,
en la música de otros y en los poemas de otros.
Sólo otros nos salvan,
aunque la soledad sepa a
opio. Los otros no son el infierno,
si se les ve temprano, con sus
frentes puras, lavadas por sueños.
Por eso me pregunto qué
palabra debería utilizarse, “él” o “tú”. Cada “él”
es una traición a un cierto “tú” pero
a cambio el poema de alguien
ofrece la fidelidad de un grave diálogo.

Adam Zagajewski




Días en que no logro escribir nada en absoluto

-esos días quedarán para siempre mudos-.
No podría entonces defender ni la poesía ni la prosa.
el más sublime y regular trabajo del corazón.

Zagajewski



lunes, 1 de marzo de 2021

El reloj de pared

                                      



                                           “El presente está solo. La memoria

erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.”

Jorge Luis Borges (El instante)

*



Decidí quedarme en aquella casa porque la luz entraba a raudales por todas las ventanas. No era grande, era más bien pequeña; para mí sola bastaba ahora que tocaba quedarse encerrada por no se sabe cuánto tiempo.
 
El apacible salón tenía un pequeño balcón vestido con unas tenues cortinas, cerca un cómodo sillón, perfecto para una tarde de lectura, un pequeño aparador que contenía la vajilla clásica de porcelana y en una de las paredes colgaba el viejo reloj de pared con un dorado péndulo que se movía al compás de los segundos.
 
Mi vida en aquella estancia era plácida y sosegada, sobre todo cuando me sentaba en el sillón. El tiempo era acompasado por el tic- tac del reloj, su rítmico sonido pausado me adormecía en algunas ocasiones, otras veces, me parecía un repetitivo y monótono mantra que llegaba a resultarme tedioso.
 
Y el tiempo pasaba, y el reloj de pared cuya cuerda no se gastaba nunca, seguía marcando los segundos, las horas, los días, las semanas; y ese cadencioso tic tac comenzó a medir los minutos a un ritmo descabellado, casi imparable. Tanto, tanto que sólo deseaba que el reloj se detuviera por un instante.
 
Un día, decidida a parar el tiempo de ese ingrato reloj de pared, intenté detener el péndulo que seguía balanceándose retando a mi osada decisión.
 
Salí al balcón, calmada y aliviada porque dejé de escuchar  el martilleante e insistente sonido del reloj de pared. Me di cuenta que un pequeño gorrión traía una llave  en el pico y aparecía decirme que la verdadera transparencia del tiempo solamente está en nuestro interior. Si queréis saber si me reconcilié con el antiguo reloj de pared, eso, ya, es otra historia.
 

(Relato perteneciente a la propuesta a la propuesta: "Una Idea")


Obras: "La transparencia del tiempo de Leonardo Padura" 
Leonardo Padura


Gracias Gin por todo tu talento.

Y si queréis pasar un agradable tiempo leyendo sobre el tiempo: Aquí