“El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.”
Jorge Luis Borges (El instante)
*
Decidí quedarme en aquella casa porque la luz entraba a raudales por todas las ventanas. No era grande, era más bien pequeña; para mí sola bastaba ahora que tocaba quedarse encerrada por no se sabe cuánto tiempo.
El apacible salón tenía un pequeño balcón vestido con unas tenues cortinas, cerca un cómodo sillón, perfecto para una tarde de lectura, un pequeño aparador que contenía la vajilla clásica de porcelana y en una de las paredes colgaba el viejo reloj de pared con un dorado péndulo que se movía al compás de los segundos.
Mi vida en aquella estancia era plácida y sosegada, sobre todo cuando me sentaba en el sillón. El tiempo era acompasado por el tic- tac del reloj, su rítmico sonido pausado me adormecía en algunas ocasiones, otras veces, me parecía un repetitivo y monótono mantra que llegaba a resultarme tedioso.
Y el tiempo pasaba, y el reloj de pared cuya cuerda no se gastaba nunca, seguía marcando los segundos, las horas, los días, las semanas; y ese cadencioso tic tac comenzó a medir los minutos a un ritmo descabellado, casi imparable. Tanto, tanto que sólo deseaba que el reloj se detuviera por un instante.
Un día, decidida a parar el tiempo de ese ingrato reloj de pared, intenté detener el péndulo que seguía balanceándose retando a mi osada decisión.
Salí al balcón, calmada y aliviada porque dejé de escuchar el martilleante e insistente sonido del reloj de pared. Me di cuenta que un pequeño gorrión traía una llave en el pico y aparecía decirme que la verdadera transparencia del tiempo solamente está en nuestro interior. Si queréis saber si me reconcilié con el antiguo reloj de pared, eso, ya, es otra historia.
(Relato perteneciente a la propuesta a la propuesta: "Una Idea")
Obras: "La transparencia del tiempo de Leonardo Padura"
Leonardo Padura
Gracias Gin por todo tu talento.
Y si queréis pasar un agradable tiempo leyendo sobre el tiempo: Aquí
está genial! nada mejor que un reloj para un relato relacionado con el tiempo. el tictac te puede pasar desapercibido porque haya otros sonidos o porque tengas la mente en otras cosas. pero en el momento en que te des cuenta del sonido rítmico del reloj, estás perdido, te pondrá de los nervios. sobre todo si es de noche y tratas de conciliar el sueño.
ResponderEliminarbesos!
Buena historia. El tiempo no lo podemos detener, pero si apro echar al máximo. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecios, Maite.
ResponderEliminarBesos
Me has recordado esta canción que dice:
ResponderEliminarReloj no marques las horas
Porque voy a enloquecer
Ella se ira para siempre
Cuando amanezca otra vez…
Saludos
Muy chulo. Hay relojes, de péndulo, por supuesto que nos hipnotizan dejándonos prendidos de una saeta. Muy buen texto, sin importar la reconciliación o no con el tiempo.
ResponderEliminarQue llega, esa reconciliación al final nos llega. Un abrazo
La idea de Ginebra le ha dado rienda suelta a tu imaginación, el relato es altamente interesante. Los relojes tienen vida y unos acompasan otros nos alteran y otros nos hipnotizan. Un abrazo
ResponderEliminarEs un interesante mundo el de los relojes, además de curioso.
ResponderEliminarBuen texto, enhorabuena.
Abrazos.
Me has recordado los versos de Luis Cernuda:
ResponderEliminarLa vida en tiempo se vive,
Tu eternidad es ahora,
Porque luego
no habrá tiempo para nada.
Besos.
¡Hola Maite! ¡Me ha encantado leerte! Además, qué reflexión más bonita y que forma tan maravillosa de narrar. Besos :D
ResponderEliminarEn nuestro interior el tiempo tiene vida propia.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos.
Qué bonito ese instante, mi querida Maite... me ha encantado tu frase final, porque bien es cierto que todo está en nuestro interior, incluso ese tic tac. Precioso y mágico.
ResponderEliminarMil besitos llenos de cariño y muy feliz día ♥
Gracias de corazón a ti, querida amiga.
ResponderEliminarFelicitarte de nuevo por tan hermosa participación. Tus letras siempre llegan y nos abrazan, desde esa sensibilidad y armonía que destilan, así como las imágenes que de ellas se desprenden y se viven…
Es un verdadero placer…
Abrazos y cariños, y muy feliz día 💙
Un relato mágico, has descrito tan bien la casa que me parecía habitarla, incluso ha llegado a aturdirme el tic-tac del reloj.
ResponderEliminarPrecioso y mágico final.
Un abrazo
Precioso
ResponderEliminarOjalá nuestro reloj biológico se pudiera para igual que el de péndulo. Buen relato Maite.
ResponderEliminarAbrazos.
Cuántas veces es necesario parar el tiempo.
ResponderEliminarMaite, te felicito por este texto.
Besos.
Ya sabes... "tempus fugit" se suele leer en muchos relojes de pared en lo alto del copete.
ResponderEliminarMe ha gustado el relato. Y gracias por tu comentario en mi blog.
Un abrazo,
Me ha encantado el relato, la descripción y esa idea de que "la verdadera transparencia del tiempo solamente está en nuestro interior".
ResponderEliminarFelicidades, Maite.
Un besooo ...
Un precioso relato que ya leí y que ha sido un placer volver hacerlo. Sería todo un lujo poder parar ese reloj y volver a poner en marcha cuando uno lo decidiera ...pero la vida no la manejamos nosotros. Un fuerte abrazo y feliz semana.
ResponderEliminarMe gusto.mucho tu relato. Besos
ResponderEliminargood story, i love your narration.
ResponderEliminarhave a blessing day
kisses
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