Puede que los imanes repudien el metal.
Puede encenderse un fósforo en el agua.
puede caer la lluvia
en sentido contrario al de contumbre.
Bien puede el corazón
-ese fósforo ahogado, ese imán loco y ciego,
ese llanto en la penumbra, inaccesible-
viajar de polizonte en el poema.
Eduardo García
(La lluvia en el desierto.
Poesía completa 1995-2016)
Otra preciosidad de poema.
ResponderEliminar:)
Gracias.
Besos.
Gracias a ti, Toro poeta
EliminarBesos
Debe ser algo de telepatía, ohhhhhh, qué maravilla ...
ResponderEliminarEstuve leyendo ayer justamente de este poeta, y sus aforismos ...
Y me lo encuentro con este poema que no conocía.
Maravilloso por todo.
Gracias y un besoooo, Maite.
Ja ja ja seguro debe ser telepatía.
EliminarEstoy leyendo su poemario y descubriendo a un gran poeta.
Gracias, Rosa. Que disfrutes mucho de todo
besossss
Bien puede ser.
ResponderEliminarDe hecho, en un poema todo es posible.
Besos, Maite.
Sí, en un poema todo es posible.
EliminarGracias, Verónica.
Muchos besossss
Ya lo creo que puede...
ResponderEliminarMe ha gustado el poema,gracias.
Besos,Maite.
Me alegro...
EliminarBESOSSS, Carmen
ese poema es una bella manera de expresar el segundo principio de la termodinámica. en la realidad, los procesos siempre se producen en el sentido de aumentar la entropía, es decir, el desorden de las partículas. el ejemplo que suelen poner en los libros es que un vaso puede romperse en pedazos y derramarse el agua que lleva, pero nunca ocurre que las piezas se junten y el agua vuelva dentro del vaso.
ResponderEliminarbesos!
Lo que aprendo contigo, Chema. Ese principio ya no lo olvido.
EliminarFeliz día.
Besos
Casi siempre va el corazón de polizón en los poemas, o eso me parece a mí.
ResponderEliminarBonito detalle el del reflejo de las gafas, acompaña muy bien al texto.
Besos, Maite.
Sí, también lo creo. El corazón es un eterno polizón, se cual por muchos sitios.
EliminarBesos, Paloma y buen día