Soy una ferviente apasionada de los pequeños momentos cotidianos y ordinarios, esos que casi siempre pasan inadvertidos y que realmente hacen que el día se convierta en extraordinario.
También intento potenciar las pequeñas virtudes que están al alcance de mi mano y que, a mi juicio, son particulares e intransferibles de cada quien, con esto quiero decir que cada persona tiene y contiene las suyas... Sin embargo, la lectura del libro que acabo de leer no me ha dejado indiferente sobre este asunto.
"Pero las grandes virtudes no se respiran en el aire y
deben ser la sustancia prima de nuestra relación con nuestros hijos. Además lo
grande puede contener a lo pequeño, pero lo pequeño, por ley de naturaleza, no
puede en modo alguno contener a lo grande."
Mi hijo pequeño, a quien dediqué la entrada anterior, me recomendó la lectura de "Las pequeñas virtudes" de Natalia Ginzburg. No sé explicar muy bien por qué, pero estos breves ensayos me han cautivado. Confieso que no había leído nada de esta escritora, ahora estoy leyendo un libro de relatos que también me está interesando.
"Ha pasado la guerra y la gente ha visto derrumbarse muchas casas...
Quizá tengamos otra vez una lámpara sobre la mesa, y un jarrón con flores y los retratos de nuestros seres queridos, pero ya no creemos en ninguna de estas cosas, porque una vez tuvimos que abandonarlas de repente o las buscamos inútilmente entre los escombros...
Una
vez que se ha padecido, la experiencia del mal no se olvida ya. Quien ha visto derrumbarse las casas sabe demasiado claramente cuán frágiles son los
jarrones con flores, los cuadros, las paredes blancas. Sabe demasiado bien de
qué está hecha una casa. Una casa está hecha de ladrillos y cal, y puede
derrumbarse. Una casa no es muy sólidao. Puede derrumbarse de un momento a
otro. Detrás de los serenos jarrones con flores, detrás de las teteras, las alfombras, los suelos lustrados con cera, está el otro aspecto
verdadero de la casa, el aspecto atroz de la casa derrumbada. No nos curaremos
de esta guerra."
"El hijo del hombre" de Las pequeñas virtudes, Natalia Ginzburg
Y hoy, ha comenzado en Madrid la Feria del Libro...
Buenas noches , esas pequeñas virtudes son lo que marcan la diferencia de la vida.
ResponderEliminarUna novela que estoy segura de que no deja indiferente a nadie.
No nada mejor que cuando terminamos de leer un libo nos quedé ese sabor de haber saboreado la lectura hasta el máximo. Un abrazo.
Un pequeño libro con once textos que merece la pena leer. Muy recomendable, Campirela.
EliminarAbrazos
Tu entrada es una tentación grande para mí que me he prometido no comprar más libros.
ResponderEliminarEsas lecturas por lo que dices son tu fiel retrato en lo que se refiere a pequeños detalles, de los que tú eres campeona, ya sabes que te lo igo cada vez que veo alguna de tus entradas.
Un besazo
Tentador está siendo no comprar libros, veremos a ver mañana que tengo idea de pasearme la Feria del Libro. Gracias Tracy. Abrazos
EliminarComo bien dices, son los peqjueños detalles los que nos hacen la vida más llevadera.
ResponderEliminarSaludos
Ya lo creo, Emilio, pero según esta escritora, hay cultivar las grandes virtudes también. Abrazos
EliminarNo he leído nada de ella.
ResponderEliminarParece muy interesante.
Apuntada queda.
Besos.
Espero que te guste, si la lees. Abrazos, querido amigo. Besos
EliminarSin duda los pequeños detalles son los que nos hacen más felices.
ResponderEliminarNo he leído nada de esta autora pero parece interesante.
Besitos
Tampoco la conocia, ha sido un gran descubrimiento y muy, muy interesante. Abrazos, Isabel.
EliminarNatalia Ginzburg, grande.
ResponderEliminarEste lo tengo pendiente.
Besos, querida Maite.
Verónica, me encanta lo que he leído hasta ahora, ha pasado a ser una escritora favorita. Besos
EliminarNatalia Ginzburg, grande.
ResponderEliminarEste lo tengo pendiente.
Besos, querida Maite.
Maite, esos pequeños detalles son tan importantes...al igual que las pequeñas virtudes, que se llevan en el alma y que nos permiten seguir adelante con calma y equilibrio...Tomo nota de este libro, que sin duda será mágico y lleno de sentimientos...Debe de ser horrible que se derrumbe la casa, el hogar y los recuerdos, no quiero ni pensarlo, amiga...Cuánto sufrimiento hay en el mundo y cuánta fuerza y resiliencia del ser humano para recuperarse...!
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y agradecido por tu cercanía y buenos posts, Maite.
Es un libro especial, repleto de sentimientos, sensaciones, pensamientos sobre lo humano y lo no tan humano. La vida misma y muy tristemente, a pesar del tiempo pasado desde que se escribió, cobra actualidad por las contínuas guerras que no cesan. Gracias a ti por tus amables y sinceros comentarios. Abrazos
Eliminarparece una novela muy profunda, y si tu hijo te la recomendó, eso denota que es muy maduro.
ResponderEliminarpara disfrutar las pequeñas cosas cotidianas como dar un paseo, tomar un café... deben funcionar muchas otras cosas. efectivamente, la vida es muy frágil, debemos valorar lo que tenemos.
abrazos, maite!!
No es una novela, Chema, aunque podría pasar por ello por el estilo que tiene. Son once textos escritos por la autora a lo largo de su vida. Habla de muchos temas y alguno de ellos no me han dejado indiferente. Mi hijo es un gran lector... Abrazos
EliminarSabía q la entrada anterior se la dedicabas a tu hijo , lo q no sabía era q fuera el pequeño jaja es u a de las cosas q me encanta de estos mundos , llegar a intuir lo no escrito cuando estamos en sintonía con quien escribe , siempre me he sentido en tu misma si tonis aunq posiblemente seamos muy diferentes , coincidimos en el fondo , por eso como tú, tb valoro muchísimo los detalles pequeños , quizá más los inmateriales q los materiales , q en tu caso, siendo una artista de ellos es natural tengan un lugar especial...pero sí , imagino q tras una guerra y toda la devastación q conlleva, un jarrón y una foto jamás volverán a ser los mismos...mucho menos la gente...los pedazos de un jarrón o una foto se pueden pegar , los rotos del alma no, pero quieto pensar q sé puede aprender a vivir con cicatrices ...muy tuya está entrada, ni querida MAITE, estoy un poco desaparecida de estos mundos , pero nunca me voy del todo y me aparecía acercarme a saludarte, un abrazo muy muy fuerte y q ninguna guerra nos rompa del todo ..mejor q nunca tengamos q vivir y a guerra , q disfrutes de la feria del libro, de tus hijos y de todo, grande y pequeñito , mua! : )
ResponderEliminarQuerida María, espero que no te vayas del todo, eh!! Se echa mucho de menos a los amigos blogueros con los que conversas a traves de las entradas, y las tuyas son muy, muy especiales. Son admirables, tanto el contenido como los comentarios, y para mí, muy instructivas. Espero que después del verano nos cuentes muchas más cosas.
EliminarNo quiero desaparecer de este mundo, aunque, ya ves, dejo tanto tiempo sin responder a los comentarios que cuando voy a responder me digo, uff!! si ya ni se acordarán de lo que comentaron y por no molestar, omito las respuestas.
En fin, que no tengamos que vivir ninguna guerra y que si se rompe un florero sepamos aplicar la técnica japonesa del kintsugi, al igual que cuando haya momentos en los que haya que remendar el alma.
Mi hijo pequeño acaba de hacer la PAU, espero y deseo que pueda cursar los estudios universitarios que le gusten, tal y como lo está haciendo su hermana.
Acuérdate que me debes un café cuando vengas por Madrid. Lo dejaremos para pasado el verano. Y te deseo lo mismo, María, IDEM, disfruta todo lo que puedas de TODO.
Un fuerte abrazo