GRACIAS A LOS ZAPATOS
Soy poco importante
Jamás lo olvido.
Camino como alguien poco importante,
me siento como alguien poco importante,
me lavo, duermo y como de un modo
absolutamente poco importante. Esto se debe, parece ser,
a que en la infancia
siempre tuve zapatos rotos.
Gracias a esos zapatos
sin sobresalto daré la bienvenida
en algún momento poco importante
al poco importante hecho de pasar
oficialmente
al estado de poca importancia colectiva.
Jamás lo olvido.
Camino como alguien poco importante,
me siento como alguien poco importante,
me lavo, duermo y como de un modo
absolutamente poco importante. Esto se debe, parece ser,
a que en la infancia
siempre tuve zapatos rotos.
Gracias a esos zapatos
sin sobresalto daré la bienvenida
en algún momento poco importante
al poco importante hecho de pasar
oficialmente
al estado de poca importancia colectiva.
Anna Swir
¡Feliz viernes!
Tantas infancias con zapatos rotos... una pena...
ResponderEliminarBesos.
Sí, Toro... y ahora está de moda llevar todo roto.
EliminarBesosssssss
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarSigue disfrutando. Agradezco tu presencia.
EliminarAbrazossss
las personas que han pasado por circunstancias difíciles en momentos más o menos tempranos o tardíos de su vida, suelen ser más empáticas.
ResponderEliminarbesos!
Cierto. Y nuestros mayores tienen muchas circustancias difíciles...
EliminarMuchos besossss
Besos.
ResponderEliminarGracias, te envio otros tanto de vuelta.
Eliminarbesoss
Tiene razón Chema. Hay vivencias en la infancia que nunca se olvidan.
ResponderEliminarMás besos
Las hay. Tengo marcas en mis pies de unas rozaduras cuando tenía 6 años y me puse
Eliminarunos zapatos que no eran míos... No lo olvido.
Besosssss
Qué decir ante un poema tan profundo...
ResponderEliminarBesos, Maite.
La verdad es que deja sin plabras...
Eliminarfeliz fin de semana, Verónica.
Muchos besosssss