En estos tiempos de pandemia, mi pueblo, como todos los pueblos y ciudades de España han suspendido cualquier acto o festejo en el que pudiera colarse la presencia del virus.
Los claustros del Convento de Santo Domingo permanecerán desnudos, sobrios y solitarios; sólo el eco silencioso de los versos de Don Francisco resiste, y aguanta como las piedras que durante tantos siglos han habitado este recinto.
En este ocho de septiembre, mi pequeño homenaje a Don Francisco de Quevedo.
Con la esperanza de volver a escuchar la voz de los versos que retratan el alma de la humanidad.
Ya formidable y espantoso suena
dentro del corazón el postrer día,
y la última hora, negra y fría,
se acerca, de temor y sombras llena.
Si agradable descanso, paz serena,
la muerte en traje de dolor envía,
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.
¿Qué pretende el temor desacordado
de la que a rescatar, piadosa, viene
espíritu en miserias añudado?
Llegué rogada, pues mi bien previene;
hallame agradecido, no asustado;
mi vida acabe y mi vivir ordene.
(Soneto escrito en Vva. de los Infantes por D. Fco de Quevedo unos días antes de su muerte)
Gracias por el soneto y si, todo se ha paralizado, no fiestas patrias ni celebraciones anuales. Abrazos
ResponderEliminarBonito homenaje, ya lo creo.
ResponderEliminarUn abrazo
Lindo recuerdo para este maestro de la literatura universal.
ResponderEliminarBesitos
Precioso y triste a la vez.
ResponderEliminarMuchas gracias
Son muchos los actos aplazados o anulados por esta pandemia. Pero fíjate, no ha conseguido impedir este homenaje, a tu forma, pero hermoso, al gran Quevedo. Muchos besos cariño :D
ResponderEliminarPrecioso homenaje, que no por poderse hacer vivido, pierde su razón y su sentido.
ResponderEliminarSonarán sus versos entre las viejas y nobles piedras de esa bella ciudad manchega.
Besos.
Bonito homenaje.
ResponderEliminarNo nos queda otra que tener esperanza y paciencia
Una entrada emotiva recordando esas fiestas que se han tenido que aplazar, pero al año que viene doble de ellas. Un abrazo y seguir cuidándonos mucho.
ResponderEliminarTe felicito por este bello homenaje. Me ha encantado el soneto y ... es triste esta realidad que nos aborda.
ResponderEliminarMil besitos con cariño para ti, preciosa. ♥
Bonito homenaje, querida amiga.
ResponderEliminarYo voy regresando de mi descanso bloguero, y vengo a dejarte un abrazo, y mi deseo de que tú y los tuyos estéis bien.
Un placer volver a leerte.
Bsoss, y feliz tarde 💙
Todo espera a los años próximos, como si hubiera tiempo...
ResponderEliminarEl último verso es un deseo de liberación.
ResponderEliminarBesos.
No conocía este soneto, es precioso.
ResponderEliminarEl terceto final "... hallame agradecido, no asustado ..."
Sentido y bonito homenaje.
Un beso, Maite.
Imagino la solemnidad de los versos de Quevedo en la soledad de los claustros de Santo Domingo...Resuenan de forma profética y fantasmal en estos momentos, Maite. Esperemos que el próximo año todo sea distinto y todos los de la orden podáis disfrutar de la fiesta como es debido.
ResponderEliminarGracias por tus palabras en mi blog, amiga.
Te dejo mi abrazo de luz y espero que tengas un buen fin de semana.
Me ha encantado la entrada, muchísimas gracias. Siempre es un lujo acercarse a la figura de don Francisco de Quevedo.
ResponderEliminarQuevedo y su justa palabra, siempre acierta. Muy bello.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Maite!
ResponderEliminarMe quedo por aquí para ver también lo que publicas en este rincón, es una delicia pasear entre tan escogidas letras.
Don Francisco de Quevedo, hasta en el último momento deja constancia de su genialidad.
Espero que el próximo año se lleven a cabo los festejos programados para este.
BESOS
Siento que no pudieras celebrar la fiesta.
ResponderEliminarPero qué mejor homenaje para un escritor que leer su obra.
Besos, Maite
Lo escribió pocos días antes de su muerte, como una última reflexión de despedida.
ResponderEliminarNo lo conocía, Maite, gracias.
Ojalá el año que viene podáis reuniros para el homenaje.
Besos.
Esperemos que para el año próximo se haya superado todo y tengamos nuestras celebraciones de siempre Maite. Precioso soneto que por cierto no conocía. Gracias.
ResponderEliminarAbrazos.
Ya volverán los tiempos en que podamos volver a festejar y reírnos en la calle. Qué poco leemos a los clásicos ¡¡¡
ResponderEliminarSAludos.