Me he alejado, un poco, del mundanal ruido y me refugio del intenso calor en un pequeño pueblo.
Me acoje el silencio de sus viejos muros de piedra que se adornan con un pedacito de naturaleza refrescando y aireando mis pensamientos que andan aturdidos en esta nueva época que me ha tocado vivir.
Viejas casas abandonadas parecen contar historias de vidas pasadas que huyeron en busca de quién sabe qué cosa...
Miro con curiosidad, a través de los cristales rotos de las ventanas desvencijadas, por si atisbo un pequeño secreto guardado en las paredes vencidas por el solitario y angosto paso del tiempo.
Y ahora, sentada entre rosales y hortensias sigo imaginando como sería mi vida alejada del mundanal ruido.
"...Acaricias las piedras, las maderas vencidas,
los nidos huérfanos, te pierdes por senderos
donde crece, cual hiedra, el abandono
y el recuerdo del tacto se pierde entre los días,
que se han hecho rastrojo.
los nidos huérfanos, te pierdes por senderos
donde crece, cual hiedra, el abandono
y el recuerdo del tacto se pierde entre los días,
que se han hecho rastrojo.
...Caminas entre escombros,
entre enseres inútiles, hundido en un paisaje
que es tan solo memoria,
rescoldo de una tierra y de un tiempo
jamás recuperables."
Manuel Rico ( Pueblo abandonado)
Hace tiempo que no veo casas abandonadas... pero recuerdo perfectamente lo que sentía al verlas. Una especie de tristeza extraña porque no tenía nada que ver conmigo aquel abandono pero era como si todo lo que en ellas se vivió me contagiara su tristeza.
ResponderEliminarBuen verano, Maite.
Sí, me invade esa sensación de tristeza al ver las casas abandonadas...
EliminarBuen verano para ti también, Toro.
Besos
yo reconozco que soy más de ciudad, pero para estar como estamos ahora, teniendo que dosificar las salidas para evitar riesgos, con miedo de ir a comer fuera, sin poder ver las caras de las personas con las que te encuentras...
ResponderEliminarpueblo o ciudad, lo que a cada uno más le guste, pero que vuelva pronto la normalidad.
besos!
Chema, la normalidad tal y como la conocíamos antes de la pandemia no se hará efectiva hasta que encuentren la vacuna.
EliminarTanto en la ciudad como en el pueblo hay que respetar y cumplir con las medidas de seguridad. Ahora los pueblos se han llenado de urbanitas buscando los espacios que carece la ciudad.
Feliz domingo, Chema
La tranquilidad de los pueblos abandonados es maravillosa, quizás no para siempre pero sí una temporada para desconectar. Espero que te vaya genial.
ResponderEliminarAbrazos !!
Sí,, Campirela, es una suerte disfrutar de los solitarios pueblos, aunque no están tan solos en esta ocasión.
EliminarYo también espero que todo te vaya genial. Mil abrazos
Yo soy más urbanita pero me gusta pasear de vez en cuando por estos pueblos que siempre resultan evocadores y transmiten mucha paz.
ResponderEliminarBesitos
De vez en cuando, Isabel, no se está mal. No sé si sería capaz de vivir permanentemente aquí, pero bueno...
EliminarMil besos
Esa serenidad conviene a todos, me alegro que tengas la oportunidad, la verdad.
ResponderEliminarDisfruta. Un abrazo
Esta época me está resultando muy dura, necesito un cambio de aires, y por aquí encuentro un poco de calma, Miles de besos, Albada
EliminarSon preciosas todas las fotos, maravillosas...
ResponderEliminarSi eres abuela
¡Felicidades!
Besos.
Gracias, maricarmen.
EliminarNo, no soy abuela, mis hijos aún son adolescentes, pero si hemos ido a felicitar a las abuelos de mis chicos, eso sí, besos y abrazos distantes...¡¡ay!!!
Espero que tú si hayas disfrutado del día
Mil besos
Mi querida Maite, sin lugar a dudas un paseo por un lugar así, me apetece muchísimo. Relajante al máximo, solo que voy a esperar al otoño, eso sí. Muchos besos cariño :)
ResponderEliminarEl otoño es una época preciosa para pasear estos pueblos, tienen un encanto especial, Margarita.
EliminarUn fuerte abrazo con el alma, amiga.
Disfruta de la naturaleza y de esos pueblos que mantienen el recuerdo de muchas vidas, Maite...Tu recoges su voz y su belleza y nos la dejas en las fotos y en las letras. El poema de Manuel Rico refleja muy bien el espíritu de tu post, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo. Todo pasa y nos deja su recuerdo.
Mil gracias, Mª Jesús, tengo la fortuna de tener dos pueblos, y en ambos se nota el vacío de sus gentes, aunque parece que la idea de salir de la gran ciudad ha sido idea de muchos.
EliminarEl poema es bonito, son fragmentos, puedes buscarlo en internet. No lo puse todo por no ser pesada, je je je.
Mil besos y abrazos y gracias por tu comentario.
Vivo en un pueblo de interior, justo en el casco antiguo y el paisaje que me rodea es precisamente la decadencia de lo que antes era una casa y sus entrañas llenas de vidas. Ha sido como escucharte mientras observo desde mi balcón.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y muy feliz semana ♥
Es así, Auro. Ocurre algo parecido en mis dos pueblos, de ahí me entrada. Este fin de semana he paseado por las calles de mi pueblo manchego y la mayoría de las casas están vacías.
EliminarEl caso es que ahora, en verano hay mucha gente, pero...
Mil besos para ti.
Y qué bien te encontrarás en ese refugio.
ResponderEliminarMe alegro mucho.
Sí, es cierta esa sensación de tristeza al mirar una casa abandonada.
Me has recordado un verano, una casa abandonada al lado del río, que visitábamos la pandilla, ¡cuántos recuerdos bonitos!
Un beso, querida Maite.
Me iré de nuevo a la montaña.
Gracias, Rosa, por tu visita.
EliminarDe regreso, en la montaña, se está más fresquito, aunque también hace calor.
Mil besos
Lugar ensoñado por mi, recuerdos de otros tiempo y lugares que tras el abandono o simplemente el paso del tiempo, nos acompaña en nuestros pasos como metáfora que nos traslada.
ResponderEliminarBesos, Ricardo
Hola Maite, tus palabras me han recordado a cuando he ido a mi pueblo en verano que durante el día casi no ves a nadie por el calor y por la noche salen todos al fresco:), pero lo que te he dicho sobre todo a mi pueblo al que añoro mucho.
ResponderEliminarEl poema es precioso y describe todo tal cual.
Besos.
Me paseo por tus entradas tan poéticas y tan bellas.
ResponderEliminarUn placer, Maite, y un respiro en todo lo que nos rodea. Que descanses donde te plazca. Abrazos.
Muy bonito tu blog.
ResponderEliminarGracias.
Me encantan esos pueblos ruinosos donde ni las alimañas anidan. Con sus casas viejas, llenas de ácaros y humedades.
ResponderEliminarPase a saludarte y darte la bienvenida de tus vacaciones ...espero las hayas disfrutado, lindas imagenes.
ResponderEliminarUn besazo.
Seguro que en tu pueblo manchego, los días no se te han hecho rastrojo.
ResponderEliminarUn poco tarde, pero lego.
Besos.
Es curioso, Maite, pero en su día, esta entrada no la pude leer porque no me abría tu blog.
ResponderEliminarMenos mal que ahora sí he podido leerla, es una gran entrada.
Me encantan los lugares abandonados, de hecho, suelo ir de exploración.
Besos **