"Es preciso acudir al bosque con amor
y humildad, paciencia y atención,
y descubriremos la conmovedora
belleza que se esconde en
sus tierras salvajes y sus
silenciosos claros,
bajo un manto estrellado o en la puesta de sol;
descubriremos, así mismo, las melodías
sobrenaturales resonando sobre las
ramas envejecidas de los pinos
o canturreando dulcemente en los
bosquecillos de abetos;
y también los delicados perfumes que
exhalan los musgos y los helechos
en los rincones más soleados o en
los arroyos más húmedos;
y qué sueños, mitos y antiguas
leyendas los habitan aún. Y
entonces, el inmortal corazón del
bosque se fusionará con el
nuestro y su vida sutil penetrará a
hurtadillas en nuestras venas
y nos hará suyos para siempre, de
modo que, sin importar a
dónde vayamos, o qué lejos nos
transporten los caminos de la
vida, siempre regresaremos al bosque
para encontrar nuestra
afinidad más perdurable"
Del libro:
Otro día os cuento de El castillo azul y de la novela.
La última fotografía me recuerda el bosque 'El Faedo', es mágico. Cuando los recorro, siento esas sensaciones que describe Valancy. Son lugares en los que me siento bien, identificada con lo que me rodea. Amor y humildad, paciencia y atención, nunca mejor dicho. Preciosa reflexión. No he leído el libro, pero lo apunto.
ResponderEliminarEstuve buscando este poema y no lo encontraba, es de José Mateos:
En el reflejo del agua
me miré y no me entendía.
Me miré y no comprendía
por qué era yo y era otro
como las hojas del álamo.
Como las hojas del álamo,
cuando era yo, todo era
de aire y temblaba en el aire.
Cuando era otro, las cosas
caían, secas, al río,
como las hojas del álamo.
Como las hojas del álamo.
El mundo era él y era otro
bajo las hojas del álamo.
Un beso, Maite.
Que disfrutes de la calma y del silencio de la sierra.
No soy nada objetiva con la autora de este libro. Tengo una relación muy especial con sus libros, sobre todo con la colección de Ana de las Tejas Verdes. Este libro es "para adultos", y me encantó leerlo.
ResponderEliminarGracias por este bello poema; como las hojas del álamo... tal cual.
Sí, Rosa hemos disfrutado mucho, parece que el tiempo se detiene y los fines de semana duran un poco más. Me encanta observar, aunque parece verano, la tierra se prepara para el otoño. Este año está siendo "raro", las uvas se retrasan y los tomates no terminan de colorearse. Pero hemos recogido otras verduras. Renovada, con aire puro y calmo para afrontar la semana con energía.
Muchos besos y gracias por tu visita